En este blog pretendemos compartir con todos vosotros las actividades más bonitas que realizamos en la naturaleza.
Sergio Sánchez Plaza
Juan Diego Vázquez Parra
Juan Diego Vázquez Parra
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lunes, 21 de mayo de 2012
El Yelmo Carpetano
Con motivo de tener un huevo de ganas de escalar otra vez juntos (maldita distancia...y malditos exámenes), voy a comentar un par de aventurillas que tuvimos en uno de los riscos más famosos de Madrid, más grande que el palacio de el Escorial y la iglesia de Bustarviejo juntos, y el más plaquero de todos...siii, el Yelmo ''carpetano'', la mayor maravilla del Guadarrama, y símbolo pedricero desde que Manzanares es el Real.
La primera vez que nos pusimos delante de la joya esta de granito rosado fué hace algo así como un año (me falla el recuerdo). Estábamos en cantoco park el Montesquiev, el Sergy y yo, el matao de siempre, dispuestos a meternos una bonita palizilla por el barranco de los Huertos, para continuar por la Gran Cañada y encontrarnos de lleno con esta maravilla.
Nos quedamos prendados a primera vista del gran domo, y todo hay que decirlo, nos empezaron a temblar un poquitin las piernecicas. Pero como tampoco ibamos con grandes expectativas, pues nos metimos a una de las más asequibles del paño tumbado: la via Ignatius (V o V+, para tiquismiquis), abierta por Tino y compañía, y por lo visto la única vía del Yelmo con químicos, para no perderte en ella, cosa fácil aquí.
El primer largo se lo da el matao, un murito vertical sobreprotegido, que un poco a lo basto se saca bien. Suben los compis detrás, y aquí empiezan los siguientes largos, que se los reparten el Fer y Sergy. Al principio empinan un poco (poco), pero luego corres por ellos, así que los disfrutamos guaapamente, eso sí los seguros alejan cosa fina, perooo no importa naaadaaa, al ser muy sencillicos.
Subimos a la puntita, que es lo que mola, y destrepamos por la Valentina, una de esas vías por las que subió un valiente hace dos siglos o así. Ya estamos pensando en cerveza.
Pero como nos quedamos con ganas de algo más, y se estaba muy a gusto en la pradera, pues buscamos algo escalable (encontramos bastante) por la zona que se hace llamar Rompeolas. Una vía de a saber qué grado escalamos Sergy y yo. Después, dijimos todos ¡para abajo!, y abajo que nos fuimos a la hora esa cuando se pone el sol.
Gran y sencilla escalada que celebramos con unas cervecitas de vuelta en el coche (graaaaandiosos) los Trepajarras y el intruso.
Proxima entrada: escalada en el Yelmo el día de año nuevo !!!!!!!!!!!!
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Sois unos CRAK.
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